miércoles, 24 de mayo de 2017

Bienvenida Paula

El Mini-preludio 

13.5.17. Sirva como anticipo decir el gran reto que supondrá para mí escribir sobre esta fecha. Estoy seguro de que me olvidaré mil detalles. Y sobre los detalles que no me olvide, decir que estoy seguro de que no quedarán ni de lejos tan bien detallados como en realidad lo fueron.
Sería sin embargo un hueco inexplicable en mi esporádica afición por escribir el no escribir sobre esta fecha.
Lo haré. Sin mucho miedo a equivocarme. Con la certeza de que me emocionará en unos años leer todos esos detalles sin detallar, recordar todos esos olvidos entre líneas. Lo haré con la tranquilidad de saber que me estaré regalando a mí mismo la posibilidad de abrir de par en par las puertas de mis cinco sentidos cada vez que quiera, reviviendo todo lo que pasó en ese día de primavera en Puebla.

Iré escribiendo tal como recuerdo, mezclando lo que pasó con lo que pensé, lo que pensé con lo que sentí, lo que sentí con lo que imaginé y lo que imaginé con lo que pasó. Una disculpa si es demasiada la mezcla. Una disculpa para ti, porque yo ya me disculpé a mí mismo antes de empezar.


La Mini-(gran) historia 

13.5.17
Sábado por la mañana

A eso de las 11 de la andábamos todavía comprando en el supermercado, María tan ligera con su sandía intra-abdominal como lo había estado en todos y cada uno de los días del embarazo.  Ruta habitual por los pasillos, en el orden habitual. A las 11:30 teníamos cita con la doctora para revisar todo lo del bebé. Ya íbamos tarde.

11:05 Regresamos a casa y subimos rápido para dejar en la nevera todo lo de la nevera, dejando lo demás en bolsas sobre la mesa de la cocina.

11:15 Llama la doctora. Nos está esperando. La cita era a las 11? Sí, sí, en 5 minutos estamos allí.
Veo la maleta de María en un rincón, esa con todas las cosas que creemos que son necesarias para el hospital (de las cuales sólo el 20% resultaron ser necesarias) y tengo la sensación de que no está de mal cogerla. Total, en el maletero del coche no va a molestar.

11:35 Consulta de la doctora Zuleyka. María tumbada en su camilla y el puso de Paula resonando en la sala a través de esos mini altavoces acoplados a su panza.

12:00 "Sabes qué María?" nos dice la doctora. "Hoy vas a tener a tu bebé". Continúa con total normalidad, como el que habla de que va a llover.
La frase va directa a la piel, que se pone de punta en los brazos. Una lagrimita quiere caer y finalmente cae disimulando. Miro a María. Media María muere de la ilusión. La otra media se queda pensando que lo que ella quería era un parto natural y no por cesárea.
Le agarro de las manos. La media María de la ilusión le da un codazo a la media maría pensativa. Ya sólo queda ilusión. Se va la doctora y nos abrazamos.

13:40 Vestuario junto al quirófano del Hospital de Puebla. Intento descifrar cómo se pone la mascarilla de ese traje azul. Después de más de cinco minutos dándole varias vueltas (serían nervios o falta de práctica en colocarse mascarillas azules?) le pregunto al señor que acaba de entrar y que en dos minutos ya se había vestido por completo.
"Vas con la Doctora Zuleyka? Yo soy el cirujano auxiliar".
Con amabilidad me explica cómo colocarme todo y me acompaña a la puerta del quirófano.
"Si crees que te vas a desmayar, sobre todo recuerda pegarte a la pared."
"Quieres alguna música en especial?" - me pregunta

14:05 Desde el pasillo junto al quirófano veo a la gente en movimiento a través de las ventanillas circulares. Hace como media hora que me despedí de María. Si se abre la puerta logro ver su cuerpo sobre la camilla. Por primera vez noto ese cosquilleo en la tripa de verdaderos nervios.

14:10 Una enfermera sale del quirófano. "Papá, ya puedes pasar"
La luz blanca cubre toda la sala.
Aparto la vista para no mirar sobre el abdomen de María en el que ya trabajan tres personas y voy directo a su cara en el otro extremo, separada por una mini cortina de azul de unos 30 centímetros de alto.
Hace calor, ya noto las primeras gotitas de sudor bajando por mi pecho.
María está consciente. Esboza una media sonrisa al verme. Está algo pálida. Le toco la frente y veo que ella también ha comenzado a sudar.
Agarro el taburete junto a su camilla y me siento a su lado. Medio metro hacia delante no paran de trabajar. La cortina es casi un adorno y uno tiene que bajar la cabeza para no ver nada.
Me concentro en ella.
"Cómo estás?" - le pregunto acariciando su cara
"Tengo sueño"- me dice con la mirada un poco perdida
De fondo suenan los Beatles.
"Sólo piensa en todo lo que vas a comer en cuanto terminemos."- Le digo. Y empezamos juntos una interminable lista de los placeres prohibidos durante estos últimos 9 meses: "Jamón de jabugo, lomo, berberechos, sushi de todos los sabores, marisco fresco, secallona de la Pobla, queso azul,..."

Me emociono yo sólo viendo su de cara de felicidad

14:28 "Bienvenida Paula" - la voz de la doctora rompe el silencio momentáneo en el quirófano.
No recuerdo qué canción sonaba. O no había, o no la escuché, o simplemente la olvidé.
Paula es azul, muy azul.
Pasa de las manos de la doctora a la del auxiliar y de las del auxiliar a las de la enfermera, que la ubica en una mesita de metal para limpiarla.
Todo pasa muy rápido. Miro a la bebé, que poco a poco va poniéndose rosita. Qué guapa. Parece muy bien formada, como si ya tuviera un mes. Se mueve mucho (igual que en la tripa de su mamá). Llora. Es bueno. Lloro.
Miro a María, al otro lado. Ella no puede ver a su bebé, sólo ve mi cara. También se emociona y llora. "Es muy guapa" - le digo y le beso. Me siento un poco egoísta de que sólo yo puedo verla. Le hablo de ella. De sus pies, de sus ojitos.

14:40 Me quito mi camiseta azul de quirófano y me ayudan a ponerme una bata azul de quirófano. Me dan a Paula en brazos y me la coloco junto al pecho. Está caliente. Está tranquila. Se chupa el dedo. Sonrío. Me mira (me mira?). Piel con piel. Es la primera vez en la vida que siento el significado de la palabra vida con tanta fuerza.
Me acerco con ella a su mamá y la coloco a la altura de sus ojos. María la ve. La habla entre sollozos. Me emociono viendo a María. Es su momento. Por fin. Los tres. Las tres cabezas juntas. Respirando y latiendo.

Barra libre de endorfinas.
Bienvenida Paula.


Lo que vino después del sábado por la mañana

Lloras, gritas, gritas llorando y lloras gritando.
Nervios.
Y ahora qué?
La espalda se tensa con cada segundo que sigues llorando.
Te cojo, te coge mamá. Te hablamos.
Por fin. Comes.
Qué paz
La espalda se relaja.
Nos haces sonreír con tus mofletes aplastados y tu cara de felicidad

Y así cada día

Me miras calmada desde tu cuna. (me miras? yo digo que sí)
Tus ojos son mi vida.

Bienvenida Paula