domingo, 22 de marzo de 2015

JET LAG

La butaca de un avión esconde una inevitable invitación a volar.
Mientras tu cuello lucha por encontrar una geometría que anule la geometría del dolor asociada a tu respaldo, mientras tus rodillas evitan las partes duras del asiento de delante, mientras tus codos luchan por ganar centímetros en la disimulada batalla con tu vecino de butaca por hacerse con el apoyabrazos,...
...mientras el avión gana metros en el aire, tu cabeza volvió de manera inevitable a aceptar la inevitable invitación a volar que le ofreció la butaca del avión.

Con los párpados cerrados los pensamientos se vuelven más activos que nunca. Repasas lo que dejas, lo que olvidaste, lo que te viene, lo que no vendrá. Viajas a tu yo de hace 15 años, a tu yo de ayer, a tu yo de dentro de 3 meses y dejas que el sueño al que inevitablemente también te ha invitado la butaca empiece a quitarte el control de tus pensamientos para mezclarlo todo con el caprichoso desorden con el que tus recuerdos, tus pensamientos y tu imaginación se suelen agitar en los sueños. 

Y en ese estado, casi dormido pero lo suficientemente despierto como para mover con sigilo los hilos de tus pensamientos hundidos en el sueño, concediendo pequeñas victorias a tu subconsciente pero no perdiendo en ningún momento la batalla, en ese estado la voz del piloto anunciando el aterrizaje es un cubo de agua helada, una cuchilla rompiendo hilos. Tus ojos se abren. Y aunque el avión sigue a cientos de metros en el aire, dejaste de volar. 

El cuello te duele. Tus rodillas molestan chocando contra el plástico del asiento de delante. Tu brazo perdió la batalla hace tiempo. Y en tu cabeza...qué era eso que estabas pensando? Da igual, ya llegamos. 

En los años 60 La SPCPSA (Sociedad de Personas Cabreadas por Perder sus Sueños en los Aterrizajes) se reunió de urgencia para dar solución a esta problemática. 
Tras varios días de intensos estudios, el gabinete dirigido por el John Edwards, Ted Landom y Anne Green  dio con la solución. 
Mediante una complicada combinación de fórmulas de física cuántica y teoremas de química micromolecular consiguieron lo imposible...una segunda oportunidad!
Otro espacio de desorden entre el consciente y el inconsciente. Otro diván en el que poder Estar dormido despierto, y despierto dormido. 
Evidentemente esta segunda oportunidad sólo la recibirían los que viajaran grandes distancias...al fin y al cabo había que premiar a los más soñadores...

El invento estaba creado. 
Solo faltaba darle un nombre... y puesto que no se ponían de acuerdo, concluyeron ponerle el nombre con las iniciales de sus creadores.

JET LAG.

:) :) 


ps: escrito a las 3.30 de un domingo tras vuelo desde Mexico.  Me espera un lunes bonito bonito