miércoles, 19 de octubre de 2011

Una especie en extinción

Son las 7.05 am.

Vuelvo de trabajar y necesito llenar los 55 minutos que quedan hasta mi revisión de la ITV.
Necesito también un sitio donde llenar mi estómago para llenar estos 55 minutos de espera.  Cenayunaré, que es la cena que hago a la hora del desayuno cuando trabajo de noche. 
Los párpados se empeñan en cerrar ya el chiringuito y pesan tanto que tengo que levantarlos con los dedos para seguir despierto. Un poco más, ya no queda nada.
Callejeo buscando algún Bar abierto para comerme un bocadillo.

7.10 am. Primera parada. ¿Podrían hacerme un bocadillo? No, a estas horas no hay pan

Sigo callejeando. Coloco un gato hidráulico en mis párpados para que aguanten.

7.16 am. Segunda parada. ¿Podrían hacerme un bocadillo? No, a estas horas no hay pan.

Vuelvo al coche. Me doy un par de bofetadas. Duele. Pero no despiertan.

7.21 am. Tercera parada. ¿Podrían hacerme un bocadillo? No, a estas horas no hay pan.

Saco el revólver de emergencia que guardo en la guantera para estos casos. Giro la ruleta y quito el seguro como en las películas

7.26 am. Cuarta parada. ¿Podrían hacerme un bocadillo?
Sonrisa del camarero
"Eso está hecho amigo. ¿Lo quieres frío, caliente?"

Amigo...Amigo....AMIGO ERES TÚ!!! Desde luego eres mi mejor amigo en el día de hoy.

"¿Bocadillo de hamburguesa puede ser?" Pregunto con timidez.
"Marchando, no tardo nada. Otra sonrisa"

Apoyado en la barra con medio culo puesto sobre el taburete me fijo en el bar. Pequeño, un bar de barrio cualquiera. Escucho la plancha crepitar. No deja de entrar gente y a cada persona se oye su nombre y se le pone lo que quiere antes de que lo pida.
"Javier, monstruo! A llevar a las niñas al cole, no?" Sonrisa y el sonido de una taza de cortado sobre la barra.
"Olga cariño! Ya vas tarde!" Sonrisa y un zumo de naranja y un cruasán encima de una mesa.

Mi hamburguesa sale y, efectivamente, no ha tardado nada. Eso a pesar de que no ha parado de entrar gente y de que él está solo atendiendo todo el bar. Eso a pesar de que a cada persona no le ha faltado su café o su sandwich o su cruasán en la barra antes si quiera de pedirlo.  Eso a pesar de que no le ha faltado una sonrisa para nadie.

Sale de la barra y me lo acerca a la mesa con unas aceitunitas. (Nota: lo de las aceitunas en Cataluña hay que pagarlo)
"Que aproveche majo"
Lágrimas de emoción. En un plato rectangular se presenta una baguete bien grande, untadita con su  tomate, con 2 hamburguesas tapadas con una loncha de queso cada una y cebollita brillando.
Mientras como en la mesa sigo escuchándole sonreír.

Mastico y se me ocurre que la gente en realidad no baja a tomar café.
Lo que pienso es que acabo de conocer al primer camarero terapeuta.
La terapia, muy sencilla. En los 5 minutos que dura mi café noto que alguien a las 7 de la mañana me da un arreón de energía, me recibe con un gesto amable y me hace empezar el día con una sonrisa.
Sonrisa.  No le vi parar de sonreir.

Me acabo la hamburguesa.
"Riquísima" le digo. "Ha sido lo mejor de mi día" . Para bien o para mal, le estaba diciendo la verdad.

Sonríe, para variar.

Acabo la ITV y vuelvo a casa pensando en el camarero. En qué grandes son las personas que hacen de su trabajo el lugar más propio para hacer sentir bien a los demás.
En qué grandes son los que hacen de su puesto de trabajo una oficina y de su trabajo una terapia continua.

Una especie en extinción.

domingo, 16 de octubre de 2011

DE LOS NERVIOS

Caminando de un lado a otro del pasillo

Abriendo y cerrando una y otra vez la tapa del boli que tengo en la mano


Respirando fuerte

Haciendo un nudo agarrando fuerte la tela de mis vaqueros.

Me llaman. Sube el pulso cardiaco. No es. 

Hablando sin parar con quien tengo a mi lado.

Comiéndome compulsivamente un paquete de pipas tijuana hasta acabarlo.

Encendiendo un pitillo antes de acabar el que estoy fumando.

Me llaman. Sube más el pulso cardiaco. "Que sea, que sea, que sea". Descuelgo. No es. 

Agarrando fuerte a la persona de al lado

Pensando, cuándo llamará. 

Tarareando la misma canción una y otra vez.

Pensando qué diré.

Caminando de un lado a otro por el pasillo

Pensando qué dirá. 

Caminando de un lado a otro por el pasillo.

Poniéndome en lo peor.

Caminando de un lado a otro por el pasillo.

Poniéndome en lo mejor.

Navegando por todos los menús del móvil.

Abriendo y cerrando las mismas páginas de internet.

Pensando "Igual manda un correo"

Actualizando una y otra vez el correo.

Comiendo compulsivamente lo que queda de chocolate en la nevera..

Encendiendo un pitillo antes de que se acabe el que estoy fumando.

Suena el teléfono. "Que sea, que sea"....

ES

Me tiembla la voz al principio, pero en pocos segundos lo consigo. Consigo dejar de abrir y cerrar la tapa del bolígrafo. Suelto el nudo que había hecho con la tela de mis vaqueros. Consigo dominar mis pensamientos. Mi voz vuelve a ser mi voz.
Respiro.
Digo lo que tenía que decir y me dicen lo que me tenían que decir. Cuelgo.

Respiro. Suave. Contento.

Ya está.

Sólo hay una cosa que no entiendo

¿¿Por qué cojones estaba tan nervioso, si al final sólo era una tontería??

Claro, que eso siempre lo pensamos después.

sábado, 8 de octubre de 2011

Póker de pókers

Así es amigos.
4 situaciones de la vida
4 únicas respuestas para cada situación.

Un poker de pokers.
Alguna fuerza superior dictó que a estas cuatro situaciones sólo le pudieran seguir 4 posibles reacciones. Como si se tratase de una ley física. Una ley más fuerte que el vino en botellas de plástico sin etiquetar. Una ley que dicta más que vuestra profe de lengua de 4º de primaria. Una ley más absoluta que un número entre dos barras verticales. 
No me enrollaré más y paso a presentaros los casos:

Situación a: Conduces sólo y te toca esperar a que se ponga en verde un largo semáforo:
   1- Apoyas el codo izquierdo en el marco de la ventana y te muerdes las uñas de la correspondiente mano
   2- Luchas por extraer un moco de tu cavidad nasal, lo consigues, haces pelotita y lo lanzas
   3- Golpeas con la mano el volante, el salpicadero o la palanca de cambios al ritmo de la música (o eso crees tú) mientras asientes con la cabeza e incluso te muerdes los labios.
   4- Te descojonas mientras observas cómo un conductor vecino hace alguna de las 3 anteriores

Situación b: Subes en el ascensor con un vecino al que conoces únicamente de verle en el ascensor:
   1- Mantienes tu mirada baja, haciendo que observas, por ejemplo, la bolsa que llevas. Llegas/llega a tu/su piso y os despedís con una sonrisa más falsa que el color de piel de Belén Esteban.
   2-Smalltalk clásico. Ejemplo:
                            - Todo bien?
                            - Vamos tirando. (y sonrisa)
                            - Que no es poco (y sonrisa)
       (normalmente 3 frases suelen ser suficientes. Para los que vivan más allá del décimo, habría que recurrir a la opción 1 de nuevo)
   3- Miras a una de las esquinas del ascensor y das toquecitos en la pared del mismo, bien con tu dedo o bien con algún objeto que lleves, habitualmente con las llaves.
   4-Smartphone, más que nunca en estas ocasiones, te salva la vida. No hace falta que mires nada concreto. Basta con que pases de una pantalla a otra.

Situación c: Estás sentado en el sillón de la peluquería, mientras te cortan el pelo:
   1- Contestas con monosílabos y sonrisas más falsas que el apretón de manos entre Florentino y Laporta a todas las preguntas que el peluquero/a te va haciendo para amenizar la media hora que estás allí.
   2- Aprovechas la mínima para soltarle un discurso al peluquero/a sobre algún tema que él/ella han sacado. Te creces, quizá por el hecho de que él/ella te da la razón a todo lo que vas diciendo
   3- Te pasas todo el tiempo que dura el corte de pelo mirándote serio al espejo, viendo cómo evoluciona tu cabeza segúna avanza el tiempo. Aprovechas momentos de despiste del peluquero/a para poner caretos.
   4- Lees y odias que cada minuto te caiga un mechón mojado en la revista.


Situación d: Acaban de fregar una zona y tienes que pasar por ella
   1-Pasas apoyando los pies muy despacio, como si eso fuera a hacer que manches menos.
   2-Pasas de puntillas y muy rápido, como si eso fuera a hacer que manches menos.
   3- Pasas por un lateral, como si diera igual que el lateral se manche. 
   4-No pasas

lunes, 3 de octubre de 2011

JUAN

Juan se aclara la garganta y con mirada de pillo deja salir su voz rota:
-'Lo tengo apalabrado con San Pedro hasta los 125'
Sonríe y nos mira por encima de las lentes de sus gafas.
Mientras come nos recuerda cómo era el camino desde Sabadell hasta Extremadura para comprar lana en una España que se recuperaba lentamente de la guerra. Sus ojos vidriosos proyectan sobre la mesa todos aquellos recuerdos.
-'El pan de allí es algo que uno no puede olvidar nunca' - mientras habla aprieta sus manos rugosas como si tuviera una hogaza entre sus manos y quisiera volver a oírla crujir. Viéndole, soy casi capaz de oír el crujido.

Más cerca de los 90 que de los 80, nos toma el pelo una y otra vez durante la comida. Aprovecha el despiste de su hija para echarse un poquito de vino en el vaso. La ocasión lo merece. Sus historias lo merecen.

Sus ojos se pierden para buscar entre los recuerdos y hablarnos de aquello que pasó 20, 30, 40 años atrás. Sus palabras pesan, atraen, hipnotizan. Uno se quedaría horas escuchando ese ritmo pausado.
-'Madrid, ¿sigue estando en el mismo sitio?' - pregunta de nuevo con su mirada irreverente.
Se divierte. Sonríe.

Juan no recuerda a menudo qué ha hecho durante el día. Olvidó si ha cogido las llaves. Olvidó el camino de vuelta a casa y se quedó en mitad de la plaza asustado.

Es normal. Tantas cosas bonitas vividas. Tantos recuerdos de valor incalculable.
Lo entiendo. Entiendo que el cerebro prefiera dedicar su espacio a eso tan bonito que vivió, y no a la vida cotidiana de hoy. Entiendo que la cabeza luche por no perder ni un solo detalle de esa vida fascinante.

Y allí estaremos, en la misma mesa que él, dejando que Juan nos siga fascinando

Por lo menos otros 30 años........si San Pedro cumple lo prometido!