miércoles, 23 de mayo de 2012

como en gran hermano

Cada vez me ocurre más a menudo. Esa sensación de artificio, de aspecto irreal en todo lo que me rodea.
Como en el libro de Gran Hermano.
La banca, la crisis, los fondos de inversión, la recesión, los bonos, la prima de riesgo. Un mundo movido por entes desconocidos, por seres a los que nadie pone cara, por especulaciones sin mano visible. Una gran bola empujada por quíen sabe quién.
Un mundo que llena la mitad de los espacios de noticias, la mitad de las columnas de los periódicos, la mitad de nuestras vidas con frases imprecisas, términos intangibles, opiniones basadas en argumentos imposibles de probar.
Cada vez me ocurre más a menudo. Esa sensación de que nada de eso que nos cuentan existe. La sensación se ser un pequeño borreguito obedeciendo las directrices de un cuento inventado.
Un borreguito que cada mañana se levanta a las 6:30 y coge el coche con el resto de borreguitos para ir a trabajar mientras, como el resto de borreguitos, escucha en la radio lo mal que va el mundo, que hoy todo está peor que ayer.
Hoy todo está peor que ayer.
Cada día la misma sentencia
"¿Cómo estaríamos hace un mes?"  me pregunto. Ni me acuerdo. Seguro que estábamos mucho mejor, no cabe duda. Antes todo era mejor. Es lo único que tenemos claro.
Somos un poco más pobres. Nuestro trabajo vale cada día un poco menos. Cada vez sabemos menos.

Como borreguitos nos acostamos a eso de la medianoche escuchando de fondo en las noticias

bla bla bla la banca
bla bla bla recesión
bla bla bla prima de riesgo
bla bla bla recortes

Borreguitos cabizbajos. Hasta nos sentimos culpables. No entendemos qué es eso que pasa realmente. Pero, qué cojones, nos sentimos culpables. Sin saber qué ocurre. Algo nos toca en el estómago. Como cuando sabemos que algo va a ir mal.

Esa esa la sensación. Y protestamos. Me hace gracia eso de protestar. Como si existiera una barrera física que nos impidiera tomar acciones. Algo así como un ser superior. Un gran hermano.

"Pero acciones se toman", dirá más de uno. Pues para mí acciones no son ni manifestarse, ni hacer huelga, ni violentarse, ni acampar. No son acciones, precisamente porque no accionan nada.
No hay acciones. De esas que accionan, me refiero. Acciones que cambien cosas. Somos peor que la peor oposición que ha tenido el peor de los gobiernos. Protestamos. Decimos todo eso que hacen mal nuestros políticos, pero no proponemos ninguna alternativa.

Como en gran hermano, como si algo superior obligase a todo a ser como es y a estar como está, regido por cosas que ni siquiera sabemos lo que son.

De verdad que me siento así. Parte de un rebaño que va y viene por el camino que otros han hecho. Sin saber a dónde voy y casi sin recordar de dónde vengo.


1 comentario:

  1. Normal, tristemente normal, escalofriantemente normal, que no sepas a dónde vamos, ni por qué camino...

    Pero no te olvides de donde vienes! o de donde venimos...siempre nos queda los que escribieron otros borreguitos antes que nosotros, otros borreguitos con la mala costumbre de pensar y escribir...

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